MARGA JIMÉNEZ-FONTES Sacerdote y profesor asociado de la Facultad de Educación de la UMU, ha sido elegido por la diócesis de Cartagena para dirigir toda la red de profesorado de Religión y trabajar por y para la docencia religiosa en la Región
Se considera murciano, aunque nació hace cincuenta años en Villena (Alicante). Llegó a Murcia en el año 1977 para estudiar Magisterio y entró en el Seminario. Ha sido párroco en Lorca y San José de la Vega, entre otras localidades. La última parroquia en la que ha estado ha sido la de San Pedro Apóstol de Los Ramos. Juan Carlos García Domene es también profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia y hace unas semanas fue nombrado por el obispo de la diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, delegado episcopal de Enseñanza.
La Región de Murcia es una de las que más profesores de Religión tiene ¿no?
Así es. Actualmente hay unos 600 profesores de Religión. Hay que tener en cuenta que nuestra diócesis es una de las más grandes. Además, más del 95% de alumnos de Infantil y Primaria eligen esta asignatura y en Secundaria está entre el 60 y 70%.
¿A qué se debe esto?
En Murcia existe una religiosidad natural. Pero, concretamente creo que se debe a tres motivos. Primero, que el Mediterráneo lleva consigo una experiencia antropológica muy religiosa; segundo, que en las parroquias y en el seno de las familias se hace un buen trabajo evangelizador; y por último, estaría la profesionalidad el buen hacer del colectivo de profesores de Religión.
¿Cuál es su función como delegado episcopal de Enseñanza?
Como decía San Francisco Javier: «Amar y servir». Servir a los profesores, darles fuerzas y apoyarlos. Los profesores de Religión son héroes anónimos, que entregan su vida todos los días porque aman a Jesucristo y también la escuela. Son laicos, personas casadas, que representan a la Iglesia en un ambiente no eclesiástico, y eso tiene mucho mérito.
¿Cuál es su proyecto principal al frente de esta delegación?
Llego con ilusión, porque el obispo me ha confiado una tarea. También llego conociendo a muchos profesores y con muchos proyectos. Pero el principal de ellos es que la enseñanza religiosa no pierda alumnos, ya que es una iniciativa cultural, educativa y evangelizadora.
¿La enseñanza religiosa tiene fecha de caducidad?
No se va a acabar, ni va a crecer, ni va a menguar. Será lo que la gente quiera que sea, pero creo que la mayoría necesita conocer sus raíces culturales cristianas, que es para lo que sirven las clases de Religión en los colegios.
¿Qué opina de la situación actual que se vive en los colegios en relación a la asignatura de Religión?
Lo que está claro es nos enfrentamos a una realidad: estamos aprendiendo a vivir en una sociedad muy plural, y la escuela pública refleja esa pluralidad. Esto nos va a exigir a todos ciertos juegos de cintura. Estamos embarcados en un viaje hacia el respeto, la tolerancia, el respeto constitucional y la realidad social.
¿Hasta la delegación episcopal de Enseñanza llegan quejas de profesores de Religión sobre posibles impedimentos a la hora de desarrollar sus clases?
No. El ambiente actual es de mucha colaboración con los claustros. Los equipos directivos de los colegios respetan el derecho de los padres a elegir la educación que quieran para sus hijos. De todas maneras, el engranaje funciona, pero aún puede mejorar y se deben realizar pequeños ajustes. También es cierto que la consejería de Educación trabaja con un interés grandísimo y con una gran eficacia administrativa.